De 5 a 8 infinito
Esta instalación reclama el derecho de la mujer a descansar en un mundo donde no tiene tiempo de cuidarse y ser ella misma.
La creación de esta instalación nació inspirada en las mujeres que rodearon mi contexto durante el 2022. Ver sus esfuerzos, luchas, llantos, risas y valor, coraje, tenacidad y fuerza, me recordaron inevitablemente a mi madre (ver texto de obra).

La instalación planteó un espacio de ensueño donde los visitantes del espacio, así como los y las mismos/as trabajadoras/es del recinto pudiesen descansar por unos minutos de sus deberes, de la prisa, de la productividad; sentarse y balancearse a la sombra del árbol a su lado, relajar el cuerpo y la mente, incluso, tomar una siesta.

La instalación constó de una estructura de madera, la cual sostendría dos asientos de tipo columpio. Telas vaporosas cubriendo la estructura a modo de techo y cortina, dando privacidad y sombra a sus ocupantes. Una cuna hecha en macramé para cualquier madre que ocupara descansar con su bebé. Flores de la región, autóctonas de la zona del bajío y resistentes al calor. Por último, 50 pájaros de origami en diferentes tamaños colgados de la estructura, simulando volar dentro y fuera de la zona delimitada por la estructura. 
Texto de sala
El derecho a descansar. 

Ana se duerme a las 3.30 am y se para a las 5 am a llevar a su hija a la escuela, después de un día lleno de trabajo. Bueno, pero agotador. Lo que nadie sabe y quizá ella no se ha dado cuenta es que no ha descansado en años. A los quince días de haber dado a luz a su única hija, no esperó más al reposo recomendado por los doctores y ella decidió no perder el tiempo y comenzar su servicio social, subiendo cerros, dando consulta médica en poblaciones rurales del estado. No recuerdo verla dormir más de lo necesario, siempre trabajando más de doce horas al día, estudiando para la especialidad, durmiendo una siesta en cualquier lugar o posición (por muy increíble que parezca) “El que de verdad tiene sueño, se duerme donde sea”, decía.

Logró hacerse de un terrenito y dejó la caótica ciudad para perseguir sus sueños en provincia, poner su consultorio y trabajar, porque desde hacía siete años, ya no era ella sola; ahora, con su nena, tenía que trabajar por dos. Y luego por seis, luego por diez, siempre queriendo ayudar a su familia. ¿Vacaciones? Poquitas. Bonitas pero contadas. 

Obviamente, cualquiera se quiebra con semejante carga. Pero, ¿incansable? Dudo que su alma alguna vez se canse. Tampoco se cansó cuando falleció su madre y le lloró por meses. Menos cuando asumió la jefatura de un departamento en el hospital donde trabajó hasta que su cuerpo, no inmune, sí se cansó y le pidió descanso. Obligada por la enfermedad, tuvo que descansar. 

Me hubiera gustado que alguien le hubiera dicho que tenía derecho a descansar. A negarse, a poner límites, a poner caso omiso a las imposiciones de la sociedad y moralidad mexicana, incluso, me atrevo a decir, la humana.

Y presiento que aunque se lo hubieran dicho, ella no hubiese descansado.
Ana, mi madre, como muchas otras mujeres, no conocieron el descanso o el autocuidado de este por mucho tiempo, porque no se esperaba que la mujer descansara o fuera egoísta al poner su vida o salud primero que la de los demás. La generación de nuestras madres y sus madres siempre fue trabajar, ya sea en algún empleo u oficina, tratando de demostrar que era tan o más capaces que algún compañero de trabajo; emprendiendo al poner una puestito de sandwiches al dejar a sus niñxs en la escuela; o desde casa, parándose antes que nadie, acostándose siempre al último, dormitando a veces para velar el sueño de la familia. 

Esta instalación fue creada con la intención de invitar a descansar y dedicada a toda mujer que se haya identificado con algún pedacito de la historia anterior.
Y cada vez que te sientes o recuestes a descansar, aquí o en donde lo necesites, me gustaría que recordaras lo siguiente:
Eres valiosa por el simple hecho de ser humana, no por la cantidad de horas que trabajas. No eres tu productividad. Tienes derecho a poner límites donde sea y con quien sea para cuidar tu descanso.

Mereces cuidarte. Y todo lo que ello implique, le pese a quien le pese, ya sea tu familia, tu centro laboral o la vida en sí.

Es importante tener una higiene del sueño adecuada para poder obtener un sueño reparador.

Descansar no es solo dormir. También es hacer lo que más te gusta hacer, ver la tele un rato, cuidar tus plantas, jugar con tu mascota, salir a dar paseos o ir al gimnasio a entrenar, meditar, etcétera. Todo aquello que relaje tu mente y cuerpo. Todo aquello que te dé paz mental, sensorial y emocional.
Mi madre y mis amigas me enseñaron que el que seas madre no significa que debas sacrificar tu vida entera por el bienestar de tu familia e hijo. Tienes derecho a no estar siempre disponible. Tienes derecho a ser egoísta y pasar un tiempo a solas. Tienes derecho a un espacio digno en tu lugar de trabajo para la crianza de tu bebé. Tienes derecho a amamantar en el lugar que tenga que ser. Tienes derecho a realizarte personalmente, profesionalmente, emocionalmente y sexualmente y además, a ser madre. Una cosa no debe significar el sacrificio de la otra. 

Denisse Calderón De La Barca Chiñas, marzo 2023.
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Instalación inmersiva temporal para el Centro De Las Artes de Querétaro, la cual reclama el derecho a descansar de la mujer en su entorno laboral Read More

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